jueves, 28 de agosto de 2014

12. Mes del Padre de la Patria: Entrega del bastón de mando a la Santísima Virgen del Carmen de Cuyo



. . .Y continúa Espejo:

“Electa, pues, la patrona y terminada la obra de la bandera, era consiguiente que se pensara en que el ejército procediese a tributar el debido homenaje a la primera, y prestar a la segunda el juramento que prescriben las ordenanzas. Para este caso, poniéndose de acuerdo el capitán general con el gobernador intendente de provincia, se expidió un bando que se promulgó con toda pompa señalando un día para la solemnidad, invitando a las familias a adornar el frente de sus casas y las calles, en especial aquellas por donde debía pasar el ejército hasta la plaza mayor.







“… A las diez de la mañana apareció el ejército en uniforme de parada, mandado por el mayor general Soler, acompañado del estado mayor, a caballo; recorrió esa ancha calle (de la Cañada) entre los vivas y aclamaciones del pueblo entusiasmado y el estruendo de las campanas de ocho iglesias que a un mismo tiempo repicaban. El regocijo y la satisfacción habrían sido difícil medirlos. La columna hizo alto al llegar a la esquina del convento de San Francisco, para esperar que saliera del templo Ntra. Sra. Del Carmen, patrona electa, y escoltada como prescribía el ceremonial. Salió la procesión encabezada por el clero secular y regular, presidiéndola el capitán general acompañado del gobernador intendente, del Cabildo, los empleados y demás distinguidos ciudadanos siguiendo majestuosamente la marcha hasta la iglesia matriz, donde en un sitial cubierto con tapete de damasco, estaba doblada la bandera sobre una bandeja de plata. En ese momento entro al templo una guardia de honor al mando de un capitán, compuesta de piquetes de las compañías de granaderos de los cuatro escuadrones de infantería y un abanderado que se situó en la nave del costado del evangelio. Así que se cantó la tersia, y al entrar al altar los celebrantes, el general San Martín se levantó de su asiento, y subiendo al presbiterio acompañado de dos edecanes, tomó la bandeja con la bandera y la presentó al preste. Este la bendijo en la forma de ritual, bendiciendo también el bastón del General, que era de palisandro, con puño de un topacio como de dos pulgadas de tamaño, acto que fue saludado con un salva de veintiún cañonazos. El general por su mano amarró la bandera en el asta, y colocándola de nuevo en el sitial volvió a tomar su asiento. Siguió la misa cantada hasta el evangelio en que el capellán general castrense Dr. José Lorenzo Güiraldes, pronunció un panegírico adecuado a la solemnidad, y al alzar se hizo otra salva de artillería como la anterior. Terminada la misa con un tedeum-laudamus, la procesión volvió a salir con el mismo cortejo hasta un altar que se había preparado sobre un tablado al costado de la iglesia que miraba a la plaza, y al asomar la bandera y la Virgen, los cuerpos presentaron armas y batieron marcha. Al subir la imagen para colocarla en el altar, el capitán general le puso su bastón en la mano derecha, y luego tomando la bandera, se acerco al perfil de la plataforma, donde en alta y comprensible voz pronunció las siguientes palabras: 
“Soldados: Esta es la primera bandera que se ha levantado en América”, la batió por tres veces, cuando las tropas y el pueblo respondían con un ¡viva la patria!, rompieron dianas las bandas de música, las cajas y clarines, y la artillería hizo otra salva de veintiún cañonazos. El general entregó la bandera al abanderado para llevarlo a su puesto, y, al continuar su marcha la procesión, los cuerpos formaron en columnas para escoltar a la Virgen hasta dejarla en su iglesia. ¡Qué conjunto de emociones –agrega Espejo-, ofrecieron las tropas y el concurso en aquellos solemnes momentos!
 

(8) Espejo, Gral. Jerónimo: “El paso de Los Andes”. Crónica histórica de las operaciones del Ejercito de los Andes”, págs. 445-48 (Bs. As., 1916).San Martín. Revista del Instituto Nacional Sanmartiniano, año IV, Enero-Febrero de 1947 Nª 13, págs. 104-105



Recopilación de Guardaparque Roberto Tobares

miércoles, 27 de agosto de 2014

11. Mes del Padre de la Patria: Cómo se aprovisionó el Ejército de los Andes



Pueyrredón, que era Director Supremo, y el Congreso de Tucumán, o éste por medio de aquel, pudo proporcionar a San Martín algunos recursos en dinero, pro las arcas estaban exhaustas y sabía muy bien el gran soldado que había el de ingeniarse para allegar cuanto podía ser necesario, y tuvo la habilidad, después de ganarse las simpatías de las poblaciones cuyanas, en especial, las de los mendocinos, de allegar cuanto le era necesario.
Se conservan los originales de algunos de sus pedidos o de sus órdenes, correspondientes a los postreros meses de 1816 y enero de 1817:

“En la necesidad de apelar únicamente a los recursos de esta benemérita Capital (Mendoza) y demás pueblos de la provincia, casi para la mayor parte de los auxilios del Ejército, pongo en la consideración de V. S., que debe exigirse al vecindario, 1.000 recados o monturas completas de regular uso y el mayor número posible de pieles de carnero, ponchos, jergas, ristras o pedazos de éstos, pues no importa que sean viejos. Pueden admitirse recados, aunque les falte freno, con tal de que tengan riendas”.- Junio 7 de 1816.

“Se necesita exigir del vecindario 1.000 monturas y cantidad indefinida de jergas y ponchos para el ejercito”.-27 de septiembre de 1816.

“Espero que V.S. se sirva dictar sus providencias para que se recojan 700 camisas, 715 pares de pantalones de bayetilla y 200 bolsas de lonilla para cartuchos de cañón que se ha repartido entre el vecindario para que las cosa”.- Septiembre 27 de 1816.

“Relación de los enseres y útiles que se han entregado al Ej. de los Andes en la fecha:
795 cueros de carnero
209 lomillos
116 cinchas
 33 pares de riendas
291 ponchos
 74 jergas
 43 frazadas
 26 badanas blancas
 11 piezas de lienzo azul o tucuyo
  1 pieza de brin
 40 varas de picote o bayeta blanca
 58 hachas
 18 piedras de afilar”.- Mendoza, octubre 3 de 1816.

“Para la mantención de las cabalgaduras, arreas y ganados vacunos que debe servir al Ejército, se necesitan 1.200 cuadras de alfalfa, además de las 315 que ya posee el Estado. Espero que V.S. se sirva tomar las disposiciones del caso para que el vecindario nos provea de este importante auxilio”. – 10 de octubre de 1816

“Una sección del Hospital Militar necesita, por lo menos, dos baños, que pueden hacerse con una pipa (tonel).
Espero que V.S. se sirva exigirla de donativo”.- Octubre 16 de 1816.

“Para cumplir la promesa hecha al Cacique Pehuenche Neicuñan de una media levita de pañete encarnada, con un galón, espero que V.S. se sirva mandar construirla por cuenta del Estado”. – 16 de octubre de 1816.

“Para acampar las tropas que vienen de Buenos Aires, he dado al campo la capacidad que permiten nuestros apuros, pero necesitamos gran cantidad de totora; espero se sierva pedir al vecindario cuantas arrias tengan para su conducción”.- Octubre 8 de 1816.

“Para los trabajos de la Maestranza, se necesitan gran cantidad de becerros. Espero que V.S. se sirva disponer la entrega de todos los que haya almacenados en la Aduana”.- Noviembre 8 de 1816.

“Tres piezas de paño azul que hay en la Aduana, se necesitan para vestuario de la tropa. Espero la orden de V.S.”.- Noviembre 12 de 1816.

“Don Joaquín Sosa, dueño de famosos potreros, no tiene hacienda que los tale; sírvase exigir, de este patriota, todo lo que tuviere para las arrias del Ejército”.- Noviembre 13 de 1816.

“Espero que V.S. imparta las órdenes necesarias para que todas las carnicerías de la ciudad y suburbios lleven, a la Maestranza, todas las astas de las reses que matan”.- Noviembre 14 de 1816.
. . . . . . . .

(13) “El Paso de Los Andes” 1817-1967, Guillermo Furlong S. J. Librería Huemul-Bs. As.  Pellegrini Impresores, Bs. As. Argentina. Pág. 48,49,50,51.

Compilación de Guardaparque Roberto Tobares

lunes, 25 de agosto de 2014

10. Mes del Padre de la Patria: San Martín y las provincias de Cuyo



Tres meses antes de emprender el cruce de la Cordillera escribió San Martín esta carta al entonces Director Supremo, Juan Martín de Pueyrredón.

“Un justo homenaje al virtuoso patriotismo de los habitantes de esta Provincia, me lleva a interrumpir la bien ocupada atención de V. E. presentándole en globo sus servicios.


“Dos años ha, que paralizado su comercio, ha decrecido en proporción su industria y fondos, desde la ocupación de Chile por los peninsulares. Pero como si la falta de recursos le diera más valentía y firmeza en apurarlos, ninguno han omitido, saliendo a cada paso de la común esfera.


“Admira en efecto, que un país de mediana población, sin erario público, sin comercio, ni grandes capitalistas, falto de maderas, pieles, lanas, ganados en mucha parte y de otras infinitas primeras materias y artículos bien importantes, haya podido elevar, de su mismo seno, un Ejército de 3.000 hombres, despojándose hasta de sus esclavos, únicos brazos para su agricultura, ocurrir a sus pagas y subsistencia, y a la de más de mil emigrados: fomentar los establecimientos de maestranza, laboratorios de salitre y pólvora, armerías, parque, sala de armas, batán, cuarteles, campamento; erogar más de tres mil caballos, siete mil mulas, innumerables cabezas de ganado vacuno; en fin, para decirlo de una vez, dar cuantos auxilios son imaginables y que no han venido de esa capital, para la creación, progreso y sostén del ejército de los Andes. No haré mérito del continuado servicio de todas sus milicias en destacamentos de Cordillera, guarniciones y otras muchas fatigas; tampoco de la tarea infatigable, e indotada de sus artistas en los obrajes del Estado. En una palabra, las fortunas particulares casi son del público: la mayor parte del vecindario sólo piensa en prodigar sus bienes a la común conservación. La América es libre, Señor Excmo.; sus feroces rivales temblarán, deslumbrados, al destello de virtudes tan sólidas. Calcularán por ellas, fácilmente, el poder unido de toda la Nación. Por lo que a mí respecta, conténtome con elevar a V.E. sincopadas, aunque genuinamente, las que adornan al pueblo de Cuyo, seguro de que el Supremo Gobierno del Estado hará de sus habitantes el digno aprecio que de justicia se merecen;


“Dios guarde a V. E. ms.as. Cuartel general de Mendoza.- 31 de Octubre de 1816.- JOSÉ DE SAN MARTÍN “.



(13) “El Paso de Los Andes” 1817-1967, Guillermo Furlong S. J. Librería Huemul-Bs. As.  Pellegrini Impresores, Bs. As. Argentina. Pág. 53, 54,55.

domingo, 24 de agosto de 2014

9. Mes del Padre de la Patria: Y fue religiosamente lo que debió ser

Y fue religiosamente lo que debió ser, y por eso Dios le bendijo ampliamente. (6)



. . Mientras fue gobernador de Cuyo, y preparaba el Ejército de los Andes, ordenó San Martín que los domingos y días de fiesta se celebrara misa en el campamento, a la que asistía él con todo su estado mayor.

El general Jerónimo Espejo, que era uno de los componentes de dicho ejército, e íntimo de San Martín, escribió que “los domingos y días de fiesta, se decía misa en el campamento y se guardaba como descanso. En el centro de la plaza se armaba una gran tienda de campaña (forrada de damasco carmesí, que desde Inglaterra le habían mandado al General): allí colocaba el altar portátil y decía la misa el capellán castrense Dr. D. José Lorenzo Güiraldes o algunos de los capellanes de los cuerpos. El ejército se presentaba en el mejor estado de aseo, mandaba la parada el Jefe del día, los cuerpos formaban frente al altar en columnas cerradas estrechando las distancias, presidiendo el acto el General, acompañado del resto del estado mayor. Concluida la misa el capellán dirigía a la tropa una plática de treinta minutos, poco más o menos, reducida por lo general a excitar las virtudes morales, la heroicidad en defensa de la Patria y la más estrecha obediencia a las autoridades y superiores”.

Y notemos aquí que sorprende la frecuencia con que el Ejército Libertador participaba en actos religiosos, solemnes los más de ellos, solemnísimos algunos. En todos los aniversarios patrios, en todas las grandes efemérides eclesiásticas, antes y después de cada acción de guerra, el Ejército de los Andes, con San Martín al frente, sabía postrarse ante el altar y elevar mente y corazón a Dios.


En la vida de San Martín tiene plena realización  aquel dicho del poeta: “nunca es más grande el hombre que de rodillas”. (6)


(6)”El General San Martín”, ¿Masón-Católico-Deísta?, Guillermo Furlong S.J. Ediciones Theoria, Biblioteca de Estudios Históricos.

sábado, 23 de agosto de 2014

8. Mes del Padre de la Patria: Así era José de San Martín



“Alentado por esa fe, iluminado por ese pensamiento, con pequeños medios se allanaban los montes, se vencían las distancias, se arrollaban las resistencias, se franqueaban los mares”

“Paso de los Andes”. Oleo Franz Van Riel. Museo RGC. Buenos Aires. Medidas: 1,43x 2,08mts.

“Señores:

“Hubo una época, época gloriosa en la historia de este continente, en que todos los americanos éramos compatriotas, unidos por el doble vínculo de nuestro común infortunio y nuestros comunes esfuerzos por la independencia. A esa época pertenece el varón ilustre, el capitán general de los ejércitos de Chile, a cuya memoria Chile, agradecido, levanta  hoy este monumento.

“No es el hombre nacido aquí o allí a quien Chile consagra esta estatua. Es al americano ilustre, al guerrero, al caudillo de las huestes de la libertad e independencia americana, al general americano don J. de San Martín.

“No me toca a mí, señores, recorrer la carrera de gloria que dejo trazada con su genio y con su espada este americano eminente. Lo único que me permitiré recordar es la alta e inconmovible fe, el elevado sentimiento a sus esfuerzos; como  alentado por esa fe, iluminado por ese pensamiento, con pequeños medios se allanaba los montes, se vencían las distancias, se arrollaban las resistencias, se franqueaban los mares, y la América del Sur, representada y guiada por este hombre, alcanzaba la victoria. ¡Gloria a la América! ¡Gloria al general San Martín!

“Mi deseo, señores, mi íntimo deseo de viejo soldado, es que la América, fiel a estas tradiciones de paz y amistad recíproca, viva siempre un día por su común pensamiento y un común destino: su común independencia, su perfecta autonomía, sus instituciones democráticas, y que estos sentimientos hallen al fin, al pie de esta estatua, una fuerza que en la hora del peligro temple y entone al débil, de perseverancia al fuerte e inspire confianza a todos, de tal modo, que en tanto que duren esas montañas que nos rodean, Chile sea no sólo el pueblo que levante estatua a sus buenos servidores, sino el asilo de todos los hombres libres y el sepulcro de todas las tiranías.

“¡General San Martín! Al pie del alto puesto que por vuestras virtudes cívicas y  militares la opinión pública os señala, un oficial de vuestro ejército os saluda, grande y libertador de dos republicas!”.


Discurso de Juan Gregorio de Las Heras en la inauguración del monumento al General San Martín. Santiago 5-4-1863 (El Ferrocarril, Santiago, 6-4-1863).

“José de San Martín”, Nuevas investigaciones y documentos a 180 años del cruce de los Andes. Pablo Lacoste (compilador). Diario Uno Mendoza, Agosto de 1997  Pág. 23


Compilación de Guardaparque Roberto Tobares